Cuando no tenía novia, me empezó a gustar Hana-san, mi tutora. Un día, Hana-san, que se suponía estaba en casa, regresó empapada por un aguacero. Mi cabello estaba empapado, mi ropa interior se podía ver a través de mi camisa blanca... Resulta que hoy estaba sin mis padres... No pude contener mis emociones, y Hana-san estaba secándome el cabello para ella...