La presión de las ventas de productos de la empresa hizo que a la empleada Takahashi se le ocurriera una nueva idea de negocio muy creativa para ropa interior de alta gama. Por lo tanto, piensa que para que los clientes se preocupen y crean en la calidad del producto, ella misma debe demostrarlo yendo a la casa de cada persona y usando ropa interior en su cuerpo para que la verifiquen. Eso sí, para comprobarlo inevitablemente tienen que tocar con las manos algunas zonas sensibles para conocer la calidad del producto. Sin embargo, comprobarlo es una cosa y comprarlo o no es otra. Aunque sabe que el producto es muy bueno, para convencerlos de gastar dinero en comprarlo debe satisfacer las necesidades sexuales de cada cliente.